"No pido riquezas, ni esperanzas, ni amor, ni un amigo que me comprenda; todo lo que pido es el cielo sobre mí y un camino a mis pies". Robert Louis Stevenson.
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martes, 29 de enero de 2013

CUADERNO DE CAMPO

CONSEJOS PARA SITUACIONES DESESPERADAS

  • Cómo encender fuego con leña húmeda. En una situación límite de hipotermia una hoguera puede salvar tu vida y muy probablemente las condiciones no sean las idóneas para encender el fuego (lluvia, nieve) por lo que la madera estará húmeda o mojada. Hay maderas que prenden muy rápido, como la corteza del abedul o la resina. La mejor aliada para estas ocasiones es llevar en nuestra mochila una modesta vela, porque en estas condiciones la mecha no se puede mojar. Prepara una pequeña hoguera en forma de tienda india colocando los palos más finos en el interior, enciende la vela y colocala en el interior. La vela es una fuente de calor permanente, mientras se consume evapora la humedad de la madera y logra prenderla con más facilidad.

  • Vivac con una manta aluminizada. Una manta de supervivencia puede sacarta de un apuro si tienes que dormir al raso sin tenerlo previsto. Son muy ligeras y tienen una capa dorada y otra plateada: la dorada absorbe el calor y la plateada lo refleja. Para protegerte del frio debes taparte dejando la cara dorada hacia fuera y la plateada pegada al cuerpo. La técnica de vivac es simple: ¡envuélvete con ella!. Reduce la superficie de tu cuerpo acurrucándote, así reducirás la pérdida de calor. Si no puedes aislarte del suelo duerme sentado. Que te envuelvas con la manta no quita que te pongas toda la ropa que tengas. Pies, manos, cabeza y zona central deben cubrirse bien. Pero ten cuidad porque las mantas no son transpirables, atrapan el vapor de agua que se forma en el interior y puede empapar tu ropa.



(Fuente: Revista Oxigeno)

1 comentario:

  1. Si el viandante de Aliseda es capaz de encontrar una bota de medio litro y curarla, no habrá frío en los cuerpos de los zancadeños, cuando el rico caldo de los Señoríos de Abad rieguen sus gargantas. Y si el amigo Gorri, por fin secunda alguna de sus lenguaraces promesas de asistencia a alguna ruta pedestre y proporciona las viandas ibéricas tantas veces ofrecidas, el frío será inexistente, no será necesaria ninguna moderna manta para acalorar ninguna osamenta. El fuego sólo será perentorio para asar buenas carnazas de la dehesa. Un saludo y mi respeto y admiración por vuestra labor, como siempre.

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