"No pido riquezas, ni esperanzas, ni amor, ni un amigo que me comprenda; todo lo que pido es el cielo sobre mí y un camino a mis pies". Robert Louis Stevenson.
"PROXIMA RUTA:19 DE JUNIO- Volvemos a la Sierra de Gredos para realizar la Senda de la Rubía"
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viernes, 14 de diciembre de 2012

CUADERNO DE CAMPO

El equipo para combatir el frío




El invierno ya está aquí, una de las mejores estaciones para disfrutar de la montaña. La soledad vuelve a reinar sobre valles repletos unos meses antes. La vista del paisaje nevado es un auténtico regalo. Sólo hay que pagar un precio: el frío. Ya que está ahí, vamos a intentar sufrir lo menos posible.



El concepto que ofrece mejores resultados, por su versatilidad y comodidad, es el abrigo por capas:

- La base: Pegada al cuerpo y compuesta por las prendas térmicas, que tienen mucha importancia, pues mantienen el cuerpo caliente y expulsan la humedad producida por el sudor. Las fibras que las componen son de secado rápido.

 
- La capa que retiene el calor. En ella encontramos los llamados "forros polares", que tienen variantes innumerables de grosor, capacidad calorífica, rapidez de secado y transpiración.

 
- La exterior. Cumple con una función aislante, protege del viento, el agua o la nieve y es la responsable de que estemos secos. En esta capa, las variantes son muchas: número de capas de la prenda, tipo de membrana para conseguir que sea impermeable y transpire.


Todas ellas son descripciones muy básicas de un sistema que tiene la ventaja de ser fácil y rápidamente adaptable a cada momento e intercambiable en la medida de cada situación.

Todo este sistema de abrigarse y protegerse con varias capas es válido tambien para piernas y manos. En el fondo, la idea es crear cámaras de aire entre una y otra capa.

A la hora de elegir el equipo es importante pensar en su ligereza y comodidad.


Pero ante todo recordad que el mejor de los equipos, por sí sólo, no hace mejores montañeros.


Fuente: Revista Caminar.

jueves, 6 de diciembre de 2012

RUTAS REALIZADAS. ASCENSION A LA ALMENARA




SIERRA DE GATA

Mudos testigos de los avatares y pugnas entre los hombres de esta tierra de frontera, tantas veces conquistada y reconquistada, la encumbrada silueta de los castillos, antaño altanera, se convierte hoy en ruina de desmochados perfiles, cargados de un halo de misterio y ensoñación.
En esta excursión visitaremos la torre de la Almenara situado en las proximidades del pueblo de Gata. Del primitivo recinto árabe solo queda el muro perimetral y la puerta en codo. La torre debió ser edificada a comienzos del siglo XIV. Se abandona definitivamente a lo largo del siglo XVI.
Supera la veintena de metros, construida en granito. Interiormente se distribuía en tres plantas. Tenía puerta de acceso elevada y puente levadizo.


El pasado mes de noviembre nos dispusimos a conquistar los 1000 metros de altitud del monte donde se asienta la torre de la Almenara, verdadera atalaya de toda la Sierra de Gata. Nos juntamos 17 senderistas de todas las edades dispuestos a pasar un bonito día otoñal en la sierra, aunque nos encontramos con más frío del esperado.

El recorrido lo iniciamos en el bello pueblo de Gata. Desde la plaza mayor, donde nos hemos tomado un cafetin, buscaremos la calle del Negrón que nos lleva a salir del pueblo por una calleja empedrada. Enseguida nos vemos rodeados de bosques de robles, castaños y alisos.


Vamos ascendiendo cómodamente con la rivera de Gata a nuestra derecha. Los colores del otoño nos envuelven por todos los lados. Nos encontramos también con algunos caballos que hacen la delicia de los más pequeños. El camino pronto se hace senda y así llegamos a una pequeña mancha de melojos y castaños, junto a una majada, donde parece que desaparece el camino. Buscamos una pequeña senda que comienza una corta pero dura subida hasta llegar a un pequeño collado donde el viento gélido nos azota fuertemente. 


Ya vemos la torre en todo su esplendor, pero aún nos queda otro tramo duro. Giramos hacia nuestra derecha en dirección al Castillo para buscar un pequeño camino que marca el ascenso a la torre. Al llegar arriba el viento nos azota fuertemente pero disfrutamos del lugar y de las magnificas vistas que nos proporciona. 


Buscamos un lugar resguardado para comer nuestras viandas (con vino incluido) y rápidamente debido al frío intenso iniciamos el descenso. 


De nuevo en el bosque y sin tanto frío disfrutamos del paisaje otoñal, con sus colores, setas, animales y demás. Así llegamos al pueblo de Gata y nos vamos a tomar un cafetito caliente que bien merecido lo tenemos.

Podéis disfrutar de un pequeño vídeo: http://youtu.be/c2mMAM3Ucbc