RUTAS REALIZADAS

SIERRA GRANDE DE HORNACHOS.

BADAJOZ.

Nuestra última ruta realizada el pasado mes de Abril nos llevó por tierras pacenses, concretamente al pueblo de Hornachos y a su Sierra Grande. La presencia árabe en esta zona desde los primeros años del siglo VIII la convierten en un interesante hito histórico sobre el que se han vertido ríos de tinta. El caso es que la población musulmana permaneció en su lugar reconociendo la autoridad del monarca castellano y de la Orden de Santiago, y a cambio se les permitió el libre ejercicio de su religión y costumbres.

Al indudable valor histórico y monumental de Hornachos hay que sumar la importancia medioambiental de su sierra y el entorno. Ambos forman uno de los conjuntos naturales mejor conservados de Extremadura y sirve de límite natural entre las comarcas de Tierra de Barros y La Serena. Está declarada como Zona de Especial Protección para las Aves.

Una bonita mañana de Abril nos juntamos 10 senderistas inicialmente, aunque al final seríamos 17 con refuerzos que recogimos en Mérida. Despues de varios días, semanas, quizás meses sin parar de llover estamos necesitados de caminar por los campos.

Llegamos bastante tarde a Hornachos (según nos han dicho buena tierra de magdalenas, aunque no las probamos) e iniciamos la ruta desde la parte más alta del pueblo.

El camino es cómodo inicialmente pero al pasar la fuente de los moros se empina considerablemente y hasta parece que desaparece. Vemos las traseras de ruinoso castillo y continuamos la dura ascensión. Los pequeños se comportan como unos aguerridos montañeros.

La zona esta llena de vegetación debido a las últimas lluvias y en algunos tramos nos dificulta un poco el paso por el estrecho sendero. Así llegamos a la divisoria de las dos vertientes y comenzamos un rápido descenso por un camino maltrecho por las lluvias, con bastante barro e incluso con agua corriendo como si fuera un regato.

En este tramo tenemos unos cuantos incidentes con los más pequeños, pero que gracias a las pericias de unos padres experimentados no pasan de pequeñas anecdotas.

Llegamos al final del descenso y desembocamos en una amplia pista por la que nos desviamos a la derecha para continuar en un cómodo paseo hasta localizar la vereda del Pozo del Gitano. 

Después de una agradable parada para comer y descansar un buen rato (los peques lo necesitaban) iniciamos de nuevo la marcha. Ahora comienza un duro ascenso de nuevo a la sierra por un pequeño camino cubierto de vegetación que nos lleva a lo alto de la divisoria de la sierra desde donde ya vislumbramos de nuevo el Castillo de Hornachos.

Descendemos en dirección al castillo por un sendero convertido en río que nos lleva hasta la base del castillo. Luego se convierte en una bonita calzada empedrada.Los más valientes (casi todos) iniciamos el ataque de las duras rampas que conducen a los muros de la maltrecha fortaleza, y desde allí disfrutamos de unas maravillosas vistas.

Luego descendemos por el mismo camino y tomamos un bonito camino que bordea todo el cerro del castillo y que nos lleva al punto de partida.

Destacar que la ruta es la combinación de varias rutas más pequeñas de la zona, aunque la señalización es practicamente nula.