Sierra de Béjar. Salamanca
En el frío mes de marzo decidimos hacer una especie de ruta invernal, y la verdad es que invernal si fue, ya que nos encontramos con más de medio metro de nieve a lo largo de la ruta.
Cuatro montañeros nos juntamos en una bonita mañana para dirigirnos hasta Béjar, donde dejamos los coches y nos dispusimos a iniciar el recorrido.
Iniciamos la marcha en las proximidades de la iglesia de Monte Mario, en Béjar, enseguida nos introducimos en un frondoso bosque de pinos, donde ya comienzan a notarse las rampas que nos encontraremos a lo largo de todo el recorrido.
Enseguida tenemos a la vista nuestro objetivo, que nos asusta un poco ya que existen casi 1000 metros de desnivel, y a pesar de que ya hemos subido un trecho, todavía queda la cima muy lejana
La pista nos lleva a desembocar a la carretera de Navacarros, siguiendo las indicaciones de la Garganta del Oso. Allí giramos a la izquierda y enseguida tomamos un camino a nuestra derecha. El camino comienza a ascender y realiza varias revueltas.
Luego tomamos un senda marcada con hitos que asciende duramente hasta el pico Colorino, situado a 1610 metros de altura. Aquí comienzan las primeras manchas de nieve, aunque por ahora no nos causan ningún problema. Aunque a ratos la senda no es bien visible, nos guiamos por los abundantes montones de piedras y por las dos grandes rocas que señalan el pico Colorino.
A partir de aquí la subida teóricamente se hacia algo más suave, pero debido a la nieve abundante que ha caído por la zona nos encontramos con una verdadera ruta invernal (sólo faltaba la ventisca). Al principio nos hace gracia la nieve que nos cubre las botas pero poco a poco el pie se nos va hundiendo más y más. Tenemos que parar a ponernos las polainas para poder continuar.
La subida se hace interminable, ya que la nieve esta muy blanda y nos hundimos continuamente. La nieve ya nos llega hasta casi las rodillas y empiezan a producirse alguna que otra caída graciosa. Por esta zona ya no nos podemos guiar por los hitos de piedra, simplemente viendo ya la cima de Peña Alaiz buscamos el que nos parece el camino más "cómodo". Ojala hubiéramos tenido unas raquetas!!!!!.
La cumbre la tenemos a tiro de piedra, vemos la imagen de la Virgen en toda su plenitud, pero no acabamos de llegar. Cada vez es más dificultoso el caminar. En alguna zona nos hundimos casi hasta la cadera, pero no nos rendimos y lanzamos el ataque a los últimos resaltes rocosos de la cima.
Después de las protocolarias fotos de la cima, al lado de la estatua de la Virgen y de descansar un poco, además de reponer fuerzas con alguna que otra vianda nos decidimos a iniciar el descenso, ya que el tiempo parece que está empeorando y además llevamos bastante retraso en el horario previsto, debido a las dificultades de la nieve. El recorrido de regreso es el mismo que hemos usado para subir.
Estupenda ruta, deseando volver a realizar otra del estilo, Saludos!!!
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